14 de febrero de 2008

Un Red Sox en La Florida

Hacía 17 años que no venía a Chile y quedó sorprendido de cómo la ciudad ha cambiado. Largo y risueño, Ted Dintersmith tiene 56 años y está recorriendo algunos lugares del mundo junto a su mujer y sus dos hijos, lugares que en un par de años más ya no serán lo mismo. Estuvieron en Tailandia, en China, también a Ecuador; irán a la Antártida, y no podían dejar de pasar por Chile. Acostumbrado a ir de vacaciones a Europa, a Ted le interesaba que sus hijos pudieran ver estos países antes de que se conviertan en otros muy diferentes a lo que son hoy día.



Pero la verdadera pasión de Ted no son los viajes, sino el béisbol. En cada país que visita se da el tiempo para poder practicarlo. Y esta vez, de visita en Chile, decidió sumarse junto a su hijo Gibson, al último entrenamiento que realizamos en nuestro campo floridano.

Ted y Gibson fueron de los primeros en llegar y no tuvieron problemas en integrarse a la práctica dirigida por Rodrigo y Marco Antonio, los papás de Sebastián ye Ismael. Gibson, realizó los ejercicios preparatorios y atrapó bolas con mucha solidez en las prácticas de cuadro; Ted optó por asistir en la recogida de bolas, tomar fotografías y conversar con quien se le pusiera por delante, en un español muy fluido, acerca de cómo se vivía el béisbol en Chile.

Ni siquiera se amilanó cuando Isaías, el papá de Joaquín, apareció en el campo con un gorro de los Yankees de Nueva York, el enemigo número del club por el que tiene devoción: los Red Sox de Boston. Es más, en un dos por tres se las arregló para que desistiera de su fanatismo por los Yankees y se pusiera la gorra de los Medias Rojas.

Ted y su hijo quedaron muy contentos con la visita, subieron fotos y artículo al blog en el que cuentan este viaje por el mundo. Nosotros nos pusimos las gorras que él nos trajo y nos quedamos con un grato recuerdo de nuestra primera visita internacional. Una linda manera de cerrar la temporada, partir de vacaciones y juntar fuerzas para este 2008 que se anuncia más movido que nunca.